lunes, 19 de marzo de 2018

EL FUEGO DE LA VIDA


Imagina por un momento que "toda la vida" se te ha metido dentro, que te ha poseído. Eso es erotismo. Es un estado de libertad interior, es un estado de rendición ante ti mismo. Es un espacio de poder y de abundancia. Sucede dentro de ti, tiene k ver contigo. Aunque contagie, seduzca y sea atractivo hacia fuera, es un enorme torrente, una ardiente llama que proviene de tu fuente. Es entregarte al permiso de sentirte, a la confianza en el vacío, al éxtasis, es dejarte penetrar por la vida. Te imaginas "toda la vida" viviendo dentro de ti. ¿Realmente puedes imaginarlo, puedes sentirlo? Sí es así, entonces puedes hacer bello lo jodido, entonces te has convertido en vida. Entonces tu risa empieza a sonar, entonces empiezas a amarlo todo. Si puedes ofrecer esto al mundo, modificas el mundo, tu estado y el estado de todas las cosas. 

Escrito por Vanessa Ittusaca

domingo, 18 de marzo de 2018

LA LUNA Y LOS ARQUETIPOS FEMENINOS


En las leyendas, mitología y cuentos populares se establece un paralelismo entre el ciclo de las estaciones, la luna y las energías que experimenta la mujer en el ciclo menstrual:


LUNA CRECIENTE: LA DONCELLA


Representa el aspecto enérgico y dinámico: la luz y claridad de la luna creciente Se le asocia al color blanco.


PRIMAVERA


  • Es la fase PRE-OVULATORIA: desde el fin del sangrado hasta el comienzo de la ovulación.
  • Energías llenas de diversión y entusiasmo de la mujer dinámica y radiante, confiada, firme, ambiciosa, sociable y capaz de afrontar los desafíos de la vida mundana.
  • Mujer centrada en sí misma y con gran poder de concentración con el que puede prosperar en el trabajo.
  • Momento idóneo para encarar nuevos proyectos.


LUNA LLENA: LA MADRE


Símbolo de la fertilidad y la nutrición: refleja la intensa luz de la luna llena Color rojo.

VERANO

  • Es la fase de la OVULACIÓN: Es la expresión interna y externa del amor.
  • Mujer protectora, capaz de asumir responsabilidades, alimentar y dar sustento.
  • Se pierde el interés por la propia persona y te centras en los demás seres.
  • Desafortunadamente nuestra sociedad ha degradado y desprestigiado las cualidades arquetípicas que caracterizan a la madre (cuidado, entrega, …). Nuestro sistema económico, explotador al máximo, no asocia la inteligencia, fortaleza y sabiduría con la maternidad, sino con la energía de la doncella: FUERA DE CASA.


LUNA MENGUANTE: LA HECHICERA

Color azul Fase PRE-MENSTRUAL: desde la ovulación hasta la menstruación.

OTOÑO

  • Representa el descenso hacia el aspecto interior de la naturaleza femenina: misterio, magia, pasión, poder femenino, magnetismo y atracción.
  • Aumento de la sexualidad, creatividad, conciencia, intuición y ensoñación. Es una creatividad tremenda y desenfrenada.


LUNA NUEVA: LA BRUJA


Fase de la MENSTRUACIÓN Color negro: la oscuridad de la luna nueva o menguante.

INVIERNO

  • Representa la sabiduría y la estabilidad: los poderes del mundo interior: se retiran las energías del mundo terrenal para centrar su conciencia en el mundo espiritual.
  • Es la fase de introspección: de dormir y soñar y frenar el ritmo de vida.



Se podría hablar largo y tendido de los arquetipos femeninos pero este artículo sólo pretende demostrar que las mujeres somos cíclicas como la vida y la tierra, y no lineales como nos han hecho creer y desear ser.



A partir de ahora, te invito a ser consciente de tu ciclo lunar y a identificar estas energías y estados que te acompañan, y luego nos comentas que te ocurrió.




Extraído del libro Luna Roja de Miranda Gray por Julissa Ittusaca

sábado, 10 de marzo de 2018

SOLTAR, SOLTAR...SOLTAR ES AMAR


Los seres humanos estamos atravesando una etapa de la vida en la que estamos decidiendo ser libres, libres de todo aquello que no somos, para encontrarnos con aquello que somos y volver al origen de nuestro estado, a nuestro poder interior como seres divinos, es decir, estamos siendo conscientes de  todo aquello que no forma parte de nuestra naturaleza como hijos de la vida y el universo.

La vida está llena de sucesos que ocurren sin parar, es un devenir sobre el cual nosotros no tenemos control. Creer que tenemos el control de ello es casi como habernos encarcelado a nosotros mismos. El control nos gobierna a través de la emoción del miedo, y ese miedo aparece cuando buscamos esa perfección, esa satisfacción en nuestras vidas, aquello que creemos que nos falta, aquello que si tuviéramos, nos sentiríamos bien y contentos, y entonces, nos pasamos la vida buscando  “eso que falta” por todos lados y por todos los rincones hasta quedar exhaustos. Si no lo encontramos, aparece la frustración y la desesperanza, mientras que si lo encontramos y cubrimos nuestras expectativas, son tan solo momentáneas, porque en el momento en que tenemos cosas o inclusive personas, aparece el miedo a perder aquello que hemos conseguido. Si incluyo a las personas,  es por que cuando tenemos miedo de perderlas, se han convertido, como tales, en una necesidad en nuestras vidas.

Lo cierto es que nada es permanente en el universo, si no que todo está en constante movimiento y evolución. Entonces, descubro que el estado natural del hombre es no necesitar nada, o dicho de otra manera, sentir con el corazón, la confianza de que todo lo que necesita está aquí y ahora porque el universo así lo dispone. Así pues, fluir con lo que trae la vida es la naturaleza original del ser humano y fluir tiene que ver con soltar los miedos y soltar los miedos tiene que ver con valor y libertad. Nos es difícil soltar aquello que sostenemos con tanta fortaleza, porque si lo soltáramos, la amenaza que me produce miedo se haría realidad. Entonces me pregunto, ¿esa amenaza es realmente una amenaza o es un juego de mi mente? ¿Porqué el universo y la vida querrían traerme tanto sufrimiento y desdicha?. ¿No será que tienen un regalo para mi, no será que lo que ocurre es parte de la evolución de mi conciencia y parte de mi crecimiento espiritual?

Nuestro sufrimiento aparece cuando ponemos nombres y acompañamos de emociones a los acontecimientos de la vida, ya que al hacerlo nos desconectamos del sentido y del  propósito de la vida misma, de que la vida es generosa y tiene todo para nosotros y para nuestra evolución, sin ninguna excepción.

Cada experiencia lleva consigo un pack de aprendizaje, el pack evolutivo y este es individual, colectivo y universal, esto quiere decir, que cada uno está en su proceso evolutivo pero que cada proceso evolutivo es parte de un todo. Todos somos una unidad y evolucionamos juntos.

Soltar todo aquello que no nos permite ser nosotros mismos es hacernos cargo de nuestra vida y permitir entrar en nosotros ese ritmo fluido de la misma, para que esta pueda ser realmente vivida en toda su plenitud.

Ser conscientes, aceptar los miedos y mirarlos con humor o quitarles la gravedad y disfrutar del momento presente son cosas que nos están dirigiendo hacia una nueva vida… definitivamente una vida cada vez más simple.  Es cierto que hay una enorme sensación de vacío al soltar, al desprenderse, al quitar o vaciar, pero cuando dejamos que la vida haga su trabajo, confiamos en ella y nos dejamos llevar, nos convertimos en ese vacío y los miedos se diluyen, desaparecen. Este es uno de los desafíos de la humanidad, soltar los miedos para, sin lugar a dudas, dar paso al amor.

Escrito por Vanessa Ittusaca

viernes, 9 de marzo de 2018

LAS DIOSAS QUE HABITAN EN MI


A la mayoría de nosotros se nos enseñó algo acerca de los dioses y diosas del Olimpo en algún momento en la escuela y hemos visto estatuas y pinturas de ellos. Los Dioses del Olimpo tenían atributos humanos: su conducta, sus emociones, su apariencia y la mitología nos proporcionan patrones que se asemejan a la conducta y actitudes humanas. También nos son familiares porque son arquetípicos, es decir representan modelos de ser y actuar que reconocemos a partir del inconsciente colectivo que todos compartimos.

La idea es reconocer a las diosas con las que nos identificamos en distintos contextos y situaciones, y aquellas con las que no nos sentimos afines. ¿Para qué?, pues cada una de ellas nos regala un lado luz y un lado sombra, el cual es oportuno hacer conciencia, para entender de donde vienen aquellos dolores y sufrimientos en nuestras relaciones y poder transformarnos para vivir en bienestar.

Las Diosas son miles, pero para efectos de identificación las clasificamos en las más representativas y las hemos dividido en tres grandes grupos; las Diosas Vírgenes, Vulnerables y Transformadoras.

El arquetipo de las Diosas vírgenes expresa la necesidad de autonomía y la capacidad de focalizar su atención.

Artemisa, Diosa de la Luna; Personifica a la mujer independiente. Capaz de cuidar de sí misma, no necesita de un hombre y tampoco de la aprobación masculina para sentirse completa. Es valiosa por sí misma, no por la pareja con quien esté en ese momento. Muchas mujeres se sienten libres e impetuosas, se identifican con Artemisa. Son alegres y audaces. Casadas, solteras o divorciadas aman viajar y conocer nuevas cosas. Son buenas madres y fomentan la independencia de sus hijos.

Atenea, Diosa de la Inteligencia; Es una mujer sabía, lógica, práctica, gobernada más por el sentido común que por su corazón. Es muy buena estratega, desarrolla buenas tácticas para resolver conflictos. Percibe el mundo de manera muy realista sin romanticismos ni idealismos. Es buena amiga y buena consejera. Atenea actúa siempre con moderación y equilibrio. Tiene una imagen positiva de sí misma, es una mujer exitosa, es una mujer ejecutiva con éxito e incluso puede ser una gran ama de casa que gestiona perfectamente los asuntos domésticos. Puede ser una maestra excelente y también domina los trabajos con las manos, el diseño, la investigación (por su gran enfoque lógico).

Hestia, Diosa del Hogar; Es una mujer que disfruta de la vida cotidiana, concibe su hogar como un templo sagrado, es muy intuitiva. Aunque de apariencia puede ser sumisa; en realidad mantiene su autonomía interna con un bajo perfil. Hestia, desarrolla su mirada interior a través de la meditación y trabaja en el desapego emocional. Disfruta al máximo sus momentos de soledad. Representa a la tía soltera, a la ermitaña, a la monja o las místicas.

El arquetipo de las Diosas vulnerables, expresa relaciones de dependencia. Son calificadas como vulnerables por haber sido raptadas, violentadas y dominadas por los Dioses masculinos; sufriendo por los conflictos de relaciones afectivas significativas y hasta negativas, muestran síntomas de traumas psicológicos. Representan los papeles tradicionales de la esposa, la madre y la hija.

Hera, Diosa del Matrimonio; representa la mujer que anhela casarse, se sentirá incompleta sin una pareja. Una mujer Hera es atraída por un hombre competente y con éxito, no son para ella los bohemios o genios excéntricos. El estado de felicidad de una mujer Hera depende de la devoción que su esposo tenga por ella.

Demeter, Diosa de las Cosechas; anhela ser madre como parte de su plenitud femenina. Este arquetipo motiva a las mujeres a nutrir a los demás, a ser generosa y compartir todo lo que tiene con los demás en funciones que tienen que ver con sus instintos maternales como maestras, psicólogas, consejeras, terapeutas. Pueden ser madres muy absorbentes, refuerzan la dependencia de sus hijos.

Persefone, La Doncella; es una mujer joven, esbelta y bella, asociada a la fertilidad, este arquetipo predispone a una mujer a no actuar, sino a dejarse actuar en función de los demás, a ser complaciente en la acción, pero pasiva en su actitud. Es indecisa. Suele evitar el enfado para no caer en el enfrentamiento. Sabe escuchar lo que otras personas tienen que decir sin juzgarlas.

El arquetipo de las Diosas Transformadoras resume el poder femenino, la resiliencia y el empoderamiento femenino.Afrodita, Diosa del amor y de la belleza; motiva a las mujeres a perseguir intensamente las relaciones más que la permanencia, a valorar el proceso creativo y a estar abiertas a cambiar. Se enamora con frecuencia y facilidad. A través de ella fluye la atracción, la unión, la fertilización y el nacimiento de una nueva vida. En su matrimonio fomenta la sexualidad y la pasión.

Y a ti ¿Qué diosas te habitan con frecuencia?



Extracto extraído del libro Las Diosas de cada Mujer, de Jean Shinoda Bolen por Julissa Ittusaca

EL FUEGO DE LA VIDA

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