A la mayoría de nosotros se nos enseñó algo acerca de los dioses y diosas del Olimpo en algún momento en la escuela y hemos visto estatuas y pinturas de ellos. Los Dioses del Olimpo tenían atributos humanos: su conducta, sus emociones, su apariencia y la mitología nos proporcionan patrones que se asemejan a la conducta y actitudes humanas. También nos son familiares porque son arquetípicos, es decir representan modelos de ser y actuar que reconocemos a partir del inconsciente colectivo que todos compartimos.
La idea es reconocer a las diosas con las que nos identificamos en distintos contextos y situaciones, y aquellas con las que no nos sentimos afines. ¿Para qué?, pues cada una de ellas nos regala un lado luz y un lado sombra, el cual es oportuno hacer conciencia, para entender de donde vienen aquellos dolores y sufrimientos en nuestras relaciones y poder transformarnos para vivir en bienestar.
Las Diosas son miles, pero para efectos de identificación las clasificamos en las más representativas y las hemos dividido en tres grandes grupos; las Diosas Vírgenes, Vulnerables y Transformadoras.
El arquetipo de las Diosas vírgenes expresa la necesidad de autonomía y la capacidad de focalizar su atención.
Artemisa, Diosa de la Luna; Personifica a la mujer independiente. Capaz de cuidar de sí misma, no necesita de un hombre y tampoco de la aprobación masculina para sentirse completa. Es valiosa por sí misma, no por la pareja con quien esté en ese momento. Muchas mujeres se sienten libres e impetuosas, se identifican con Artemisa. Son alegres y audaces. Casadas, solteras o divorciadas aman viajar y conocer nuevas cosas. Son buenas madres y fomentan la independencia de sus hijos.
Atenea, Diosa de la Inteligencia; Es una mujer sabía, lógica, práctica, gobernada más por el sentido común que por su corazón. Es muy buena estratega, desarrolla buenas tácticas para resolver conflictos. Percibe el mundo de manera muy realista sin romanticismos ni idealismos. Es buena amiga y buena consejera. Atenea actúa siempre con moderación y equilibrio. Tiene una imagen positiva de sí misma, es una mujer exitosa, es una mujer ejecutiva con éxito e incluso puede ser una gran ama de casa que gestiona perfectamente los asuntos domésticos. Puede ser una maestra excelente y también domina los trabajos con las manos, el diseño, la investigación (por su gran enfoque lógico).
Hestia, Diosa del Hogar; Es una mujer que disfruta de la vida cotidiana, concibe su hogar como un templo sagrado, es muy intuitiva. Aunque de apariencia puede ser sumisa; en realidad mantiene su autonomía interna con un bajo perfil. Hestia, desarrolla su mirada interior a través de la meditación y trabaja en el desapego emocional. Disfruta al máximo sus momentos de soledad. Representa a la tía soltera, a la ermitaña, a la monja o las místicas.
El arquetipo de las Diosas vulnerables, expresa relaciones de dependencia. Son calificadas como vulnerables por haber sido raptadas, violentadas y dominadas por los Dioses masculinos; sufriendo por los conflictos de relaciones afectivas significativas y hasta negativas, muestran síntomas de traumas psicológicos. Representan los papeles tradicionales de la esposa, la madre y la hija.
Hera, Diosa del Matrimonio; representa la mujer que anhela casarse, se sentirá incompleta sin una pareja. Una mujer Hera es atraída por un hombre competente y con éxito, no son para ella los bohemios o genios excéntricos. El estado de felicidad de una mujer Hera depende de la devoción que su esposo tenga por ella.
Demeter, Diosa de las Cosechas; anhela ser madre como parte de su plenitud femenina. Este arquetipo motiva a las mujeres a nutrir a los demás, a ser generosa y compartir todo lo que tiene con los demás en funciones que tienen que ver con sus instintos maternales como maestras, psicólogas, consejeras, terapeutas. Pueden ser madres muy absorbentes, refuerzan la dependencia de sus hijos.
Persefone, La Doncella; es una mujer joven, esbelta y bella, asociada a la fertilidad, este arquetipo predispone a una mujer a no actuar, sino a dejarse actuar en función de los demás, a ser complaciente en la acción, pero pasiva en su actitud. Es indecisa. Suele evitar el enfado para no caer en el enfrentamiento. Sabe escuchar lo que otras personas tienen que decir sin juzgarlas.
El arquetipo de las Diosas Transformadoras resume el poder femenino, la resiliencia y el empoderamiento femenino.Afrodita, Diosa del amor y de la belleza; motiva a las mujeres a perseguir intensamente las relaciones más que la permanencia, a valorar el proceso creativo y a estar abiertas a cambiar. Se enamora con frecuencia y facilidad. A través de ella fluye la atracción, la unión, la fertilización y el nacimiento de una nueva vida. En su matrimonio fomenta la sexualidad y la pasión.
Y a ti ¿Qué diosas te habitan con frecuencia?
Extracto extraído del libro Las Diosas de cada Mujer, de Jean Shinoda Bolen por Julissa Ittusaca